La historia humana es una historia de evolución
Desde el origen de la vida llevamos 4.500 millones de años evolucionando. Evolucionar forma parte de nuestra esencia. Toda nuestra existencia es una mutación continua: como especie, como civilización, como cultura y como individuos estamos en constante cambio.
Primero una bacteria, luego un pez y después un reptil. Más adelante un mono y, ahora un 'súper-mono' que se ha dotado de smartphones, ipods, etc...
Quienes creen que todo está inventado cometen un error. Quién cree que ya no hay nada que aportar se equivoca: Hace 100 años no teníamos ni idea de cómo iba a ser nuestro presente y hoy en día tampoco tenemos idea de lo que vendrá después. Tenemos por delante un terreno fascinante y lleno de oportunidades. Hay tantas cosas que hacer... y el modo de descubrirlas es con la visión.
¿Cómo trabajar con la visión para encontrar oportunidades?
Un buena idea es pensando en los demás: Cuanto más levantes tu ángulo de visión, más importante serás para el otro, para la comunidad y para la sociedad. Si tu línea de visión está en horizontal, a la altura de la línea del horizonte, puedes ver a los demás cuando caminas, preocuparte por ellos y tratar de ayudarles. Entonces te vuelves valioso, porque sabes que vives en comunidad y puedes hacer algo por ella. Cuanto más levantemos el ángulo de visión, más valiosos nos volvemos para la sociedad. Si por el contrario nuestro ángulo de visión baja y caminamos mirándonos los pies, nuestro valor se reduce en la medida que se reduce nuestra capacidad de aporte.
Al levantar el ángulo de visión por encima de la horizontal entramos en el mundo de las ideas y de la inteligencia. Se pueden imaginar escenarios futuros, y quien lo hace se convierte en visionario. Como los inventores del automóvil, del avión, o de internet. Ellos cambiaron la historia y esto es algo que sigue sucediendo constantemente, porque la evolución no ha terminado. La única regla es que ninguno sabemos cómo será el futuro. Es una hoja en blanco a disposición de quienes tengan una mejor visión.
Más arriba de esto, con el ángulo de visión más alto están los genios: Aristóteles, Einstein, Leonardo Da Vinci. Son un porcentaje muy pequeño de los millones de personas que han vivido en la tierra a lo largo de la historia de la humanidad, y personas así surgen muy de vez en cuando.
Philippe Starck (Diseñador) cuenta en éste video que no todos estamos obligados a ser genios, pero todos deberíamos participar de la comunidad, de la sociedad, y aportar algo para hacer mejor la vida de los demás. Mirando a los otros (al grupo / tribu / pueblo / comunidad …) y preguntando ¿qué puedo hacer por ti? se pueden obtener muchas respuestas.
Quienes sean capaces de materializar estas respuestas obtendrán una gran recompensa.
Entonces, ¿Puedo hacer algo por ti?
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